Mindfulness y el cambio

Mindfulness como herramienta para manejar el cambio

Autor: Stephany Simhon

Quien dijo que los cambios eran fáciles, que adaptarnos a nuevas cosas era sencillo, somos seres de costumbres, a través de la historia nos hemos ido adaptando a los cambios que vienen con las épocas, desde el TV en blanco y negro hasta hoy, que con el celular podemos tener acceso a prácticamente todo, desde prender las luces de la casa hasta hacer operaciones bancarias.

Avances en la salud, ciencia y otras ramas, desde tecnologías que a veces ni entendemos como las nanopartículas controladas magnéticamente para forzar células tumorales a "autodestruirse" sin dañar el tejido de alrededor otras que nos cuesta trabajo creer como que la NASA ha encontrado el primer planeta de un tamaño similar a la tierra en una zona habitable o simplemente que existe agua congelada en la luna de Saturno que indica probabilidades de vida extraterrestre, o bien, tecnologías más sencillas como la construcción, en los países bajos, de una nueva carretera que brilla en la oscuridad con el fin de reducir accidentes, ahorrar dinero en iluminación artificial y así contribuir con el cuidado del planeta. Y así, podemos mencionar varios ejemplos de avances que hace unos años ni creíamos posibles.

Contamos la fortuna de tener cada vez mayor facilidad y acceso a cualquier información, a documentarnos, indagar, cuestionar, investigar y así ampliar nuestro conocimiento. ¿Si todo esto está sucediendo a nuestro alrededor, porque no creer también que en nuestra mente es capaz de transformarse y evolucionar?

Hoy nos hablan de la importancia de ejercitar nuestro cuerpo para mantenerlo saludable; dentro de él está uno de los músculos más importantes, el cerebro. Hay pruebas que nos revelan la reducción de enfermedades (como el Alzheimer) al mantener nuestro cerebro en constante actividad positiva. El Mindfulness es una de las formas más antiguas que conocemos para cuidar de este importante órgano.

Comencemos por quitarnos esa creencia errónea de lo que es la meditación ya que cuando nos hablan de ella automáticamente pensamos que es dejar la mente en blanco y estar sentados en flor de loto durante horas al día intentando lograrlo, y con ello viene el segundo pensamiento “eso no es para mí, no tengo el tiempo”. Dejar la mente en blanco no es posible ya que esa es su naturaleza: crear pensamientos, es como pedirle al corazón que deje de latir si nos concentramos lo suficiente.

Los que se animan a comenzar a alguna practica de Mindfulness o meditación, después de unos cuantos días desisten ya sea porque no ven cambios tangibles e inmediatos o porque comenzaron a ver cosas que no les agradaron en sus mentes y prefieren hacer de cuenta que no existen y seguir su camino como si nada. Y cito una frase de una gran Coach y Astróloga: ¡Una vez conscientes no podemos ser indiferentes!

Puedo describir coloquialmente la meditación como aprender a volvernos observadores de nuestra mente, a no identificarnos con nuestros pensamientos, entender que no somos nuestros pensamientos y por ende tampoco nuestras emociones y cuando, con la práctica, llegamos a ese estado, podemos realmente dejar creencias impuestas atrás, lo que nos dijeron que tenía que ser y reencontrarnos con nuestro verdadero Ser interior, con esa sabiduría interna, con esa consciencia divina que somos, y por fin sentir esa felicidad desde el interior que tanto buscamos en el exterior.

Cuando nos volvemos observadores de nuestra mente y dejamos de creernos todas las historias que ella es capaz de crear, comenzamos a identificar cuando es nuestro ego el que habla, cuando esos pensamientos destructivos nos quieren vender cualidades o defectos que no somos, como nos vamos etiquetando y creando patrones que lo único que hacen es sabotearnos y alejarnos de nuestra verdadera esencia que es AMOR. Cuando comenzarnos a observar nuestra mente y vemos todos estos pensamientos, lo primero que queremos es salir corriendo, evadir, porque no queremos creer que somos así, que todas esas ideas absurdas pasen por nuestra cabeza. Si nos hubiéramos detenido antes a observar, nos hubiéramos dado cuenta de que siempre han estado allí; nada más que no te habías percatado de ellos porque no les ponías atención. ¡Cuando meditas te centras en tu momento presente y ahora tienen tu atención! Pero no eres todo eso… si persistes en tu práctica, te conviertes en ese observador que tanto menciono y seguro podrías incluso hasta manejar la mente y el ego.

 

Por otro lado, existen ya numerosos estudios científicos que prueban los beneficios del Mindfulness y la neuro plasticidad del cerebro por lo que ya no queda acotado a experiencias personales de meditadores y fieles creyentes.

Oímos que ayuda a la reducción del estrés, pero sabemos porque? Un estudio realizado por Richard Davidson, director del Laboratorio para las Neurociencias de los Afectos, de la Universidad de Wisconsin logró mostrar en las imágenes de resonancias magnéticas que cuando la gente está ansiosa, enojada, deprimida, las partes del cerebro se concentran hacia la amígdala y la corteza prefrontal derecha, región cerebral importante para la hiperdefensa típica de las personas con estrés. Por el contrario, cuando la gente tiene ánimo positivo, entusiasmo y energía, esos sitios están tranquilos y aumenta la actividad de la corteza prefrontal izquierda. Al meditar logramos inhibir los mensajes de la amígdala por lo tanto existe una reducción del estrés y para cada uno de los beneficios de la meditación podemos encontrar su soporte científico que lo prueba.

Pocos sabemos cómo funciona nuestro cerebro y dentro de su complejidad produce impulsos eléctricos, vibraciones, frecuencias que viajan a través de nuestras neuronas. Estos impulsos eléctricos producen ritmos que son conocidos como ondas cerebrales. Los impulsos eléctricos son información que viaja de neurona a neurona usando miles de ellas para lograr transportarse y ejecutar una función o acción determinada.

Existen 5 tipos principales de ondas cerebrales: beta, alfa, theta, delta y la recién descubierta gamma. Cuando se analiza la actividad cerebral durante la meditación, usando un electroencefalograma, podemos observar que pasamos de las ondas beta (actividad normal, consciente y alerta, de 15-30 Hz) a ondas alfa (relajación, calma, creatividad, 9-14 Hz). En la meditación más profunda podemos ver ondas theta (relajación profunda, solución de problemas, 4-8 Hz) y en meditaciones avanzadas se puede detectar la presencia de ondas delta (sueño profundo sin dormir, 1-3 Hz) mientras las gamma crecen en paralelo mientras se aumenta la amplitud de las Alfa y las Theta.

Cómo se mencionó anteriormente, la tecnología avanza tan rápido que hoy, afortunadamente también lo ha hecho en este ámbito que es la meditación, creando vibraciones que ayudan a entrenar al cerebro a entrar en estas frecuencias cerebrales y lograr estados de meditación más profundos en menos tiempo y con los mismos efectos y beneficios de meditaciones antiguas.

Nuestro cerebro tiene a estar desequilibrado y el hemisferio izquierdo suele ser el dominante, nos guiamos por la lógica, la razón, tendemos a describir, ser analíticos, seguir procesos y dejamos la creatividad, la intuición, la conexión con nosotros mismos a un lado, por esta razón al usar este tipo de tecnologías entrenas tu cerebro y le enseñas a lograr balance y equilibrar los 2 hemisferios.

Mi proceso no ha sido fácil, he pasado por varias corrientes, asistido a varios cursos, leído, investigado puesto en práctica, dejado de hacer, y la única constante en todas las prácticas ha sido la insistencia en los beneficios que tiene meditación. De una u otra manera he intentado años crearme el hábito de la misma y puedo decir que es de los hábitos y disciplinas que más me ha costado trabajo y me sigue costando pero así mismo son las bendiciones que me ha traído, ver los cambios que he logrado con ella, desde pasar por pruebas que pensé nunca me tocarían a mí y que hoy sé que tengo la fortaleza gracias a una mente más balanceada, hasta un mejor estado de ánimo en mi día a día y que puedo decir que me acerco poco a poco a tener estados de felicidad por periodos más largos gracias a la práctica constante del Mindfulness.