La neuroplasticidad y las emociones

La neuroplasticidad y las emociones

Autor: Almudena Orellana

Necesitamos todas nuestras emociones para pensar, resolver problemas y prestar atención. Estamos neurobiológicamente conectados, y para aprender algo nuestras mentes deben estar enfocadas y nuestras emociones deben “sentirse” en equilibrio. La regulación emocional es necesaria para que podamos recordar, recuperar, transferir y conectar toda la información nueva a lo que ya sabemos. Cuando un flujo continuo de emociones negativas se apodera de nuestros lóbulos frontales, la arquitectura de nuestro cerebro cambia dejándonos en un estado elevado de respuesta al estrés donde el miedo, la ira, la ansiedad, la frustración y la tristeza se apoderan de nuestro pensamiento, el “cerebro lógico”.

¿Qué es la neuroplasticidad y cómo afecta a los sentimientos?

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para volver a reconectar nuestros circuitos, fortaleciendo las vías existentes entre las neuronas que se ejercitan y usan y debilitando al mismo tiempo las conexiones entre las vías celulares que no se usan. Volver a conectar nuestros circuitos cerebrales depende de la experiencia, pero podemos cambiar las sinapsis o las conexiones que se activan al cambiar una percepción o comportamiento.

 

 

La neuroplasticidad incluye replantear o reevaluar una experiencia, evento o relación para que observemos y experimentemos un resultado diferente. Es decir, que lo que percibimos y esperamos es lo que obtenemos porque el cerebro ve y responde a la percepción, no a la realidad. Los estados cerebrales negativos pueden convertirse en rasgos neuronales que están conectados también a nuestros circuitos.

En este sentido, los procesos que apoyan la inteligencia emocional se abordan en el creciente campo de la neurobiología interpersonal. La teoría detrás de este campo proporciona una imagen del desarrollo mental humano y el potencial de transformación que existe al cambiar el pensamiento y el procesamiento de las emociones, los pensamientos y los comportamientos. El concepto de inteligencia emocional está interrelacionado con la neurobiología interpersonal y el desarrollo de la conciencia consciente como una estrategia para lograr una integración saludable del funcionamiento emocional, psicológico, fisiológico y cognitivo.

Las emociones dirigen nuestra atención y percepción y formamos memorias centrales positivas y negativas debido a la intensidad emocional que hemos asociado al evento o experiencia.